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La rutina diaria rompe el encanto

Diciembre siempre ha sido un mes muy especial. Era la temporada donde podia comer uvas y manzanas. Cuando era niño, recuerdo que caminaba por la zona comercial y en la calle estaban los negocios ambulantes. Y ahí colgaban las uvas, moradas y verdes.

Para mí era emocionate ver las uvas, porque sólo se veían en la temporada navideña. Y era un deleite comerlas. Las uvas eran y son tan buenas, que se creo un dicho, que cuando uno veía una chica muy bonta, decía que estaba "uva", en alusión a lo rica que es la fruta.

No obstante,  ya viviendo en Estados Unidos, se me ha hecho muy común ver las uvas todo el año. Y ya las uvas no me fascinan como antes. Me ha pasado como a muchos matrimonios, que despúes de años de casados, con el correr del tiempo y la rutina van perdiendo el amor. Y de tanto verse se tratan como hermanos, más bien que como parejas. ¡Qué paradoja! ¿No creen?

1 comentario:

L. A. (Aburría) dijo...

jajajajaaja!...entonces son infieles no por querer sino por salir de la rutina? Yo creo que a veces hay que darse su espacio, las personas a veces somos empalagosas, controladoras etc y eso al final cansa a la otra persona y aveces cortan eso de alguna manera.