Cuando se deja el país de origen, al principio se tiene mucha nostalgia por los recuerdos y amistades que se deja detrás. Y a veces por la distancia uno se desconecta y pierde algunas amistades, ya sea porque pierde el teléfono o cambia de dirección.
Ese es el caso de la chica que aparece en el post. Éramos amigos mucho antes de que yo viniera a New York, pero luego de llegar perdí el contacto con ella. En ese tiempo las llamadas telefónicas eran muy, pero muy caras - no existían las tarjetas de llamadas - por eso se usaba el correo y las cartas para mantener el contacto con la familia y las amistades.
En los viajes que he realizado a Santiago no he podido saber de su paradero. En ese tiempo ella estudiaba en UTESA. Lo más seguro es que esté casada y con hijos. Y hasta puede que resida en Estados Unidos.
La he buscado en Facebook y tampoco la he localizado. Quizás se deba a que solo sé su apellido de soltera. Su nombre es Rosmery Gómez. Ella vivía en lo que se conoce como el sector de la Joya. En un multifamiliar en la cercanía de la Anselmo Copello.
Y como ultimo recurso apelé a poner su linda fotografía en el blog, por si casualidad alguien en Santiago visita este blog y conozca su paradero me pueda avisar.
Páginas
¿Es correcto fotografiar a un familiar ya muerto?
El dia que se murió mi madre, estábamos en la funeraria recibiendo a los amigos y parientes lejanos y dándonos apoyo en esos momentos tan difíciles.
Y en un momento dado a uno de mis hermanos nos propuso que le tomáramos una fotografía a nuestra madre en el ataúd. De inmediato todos nos unimos y le dijimos que eso era algo imprudente y de mal gusto. Así que desistió de esa idea absurda.
Por lo que a mi concierne, no estuve de acuerdo a que le tomaran la foto, no por alguna superstición, más bien porque no me parece bien tener un recuerdo de mi madre dentro de un ataúd.
Prefiero imaginármela viva, sonriendo y alegre, tal como era ella. Pero he conocido casos de velorios en donde se le toman hasta vídeos y se lo envían a los familiares que no pudieron asistir al entierro. Estos vídeos lo envían a otros países para que los familiares de allá puedan ver a la muerta y vean quienes asistieron al velorio.
Y cuando les llega el video se reúnen los familiares y amigos para ver el velatorio. De más está decir el llanto y las escenas de dolor que sienten todos los espectadores. Es algo sumamente deprimente. Y algo que me parece un dolor innecesario.
No le veo ninguna gracia repasar un momento tan doloroso y sobre todo guardar ese video como si fuera la celebración de un cumpleaños. Claro eso es decisión de cada quien, pero no me gusta ni comparto ese criterio.
Cuando pienso en los familiares que han fallecido lo que menos quiero recordar es cuando estaba en el velatorio y mucho menos cuando los vi en la caja fúnebre. ˘¿Qué piensan ustedes al respecto?
Ejemplo de un verdadero amigo
Hace tiempo, al estar en mi casa, siendo como las 11:00 de la noche, recibí la llamada telefónica de un buen amigo mío.
Me dió mucho gusto su llamada y lo primero que me preguntó fue:"¿Cómo estas?. Y sin saber por qué, le contesté:" Muy solo"
".¿Quieres que conversemos?"Les respondí que sí y me dijo:˘¿Quieres que vaya a tu casa?. Le respondí que sí. Colgó el teléfono y en menos de quince minutos él ya estaba tocando la puerta.
Yo empecé y hablé por horas y horas, de todo: de mi trabajo, de mi familia, de mi novia, de mis deudas, y él atento, siempre me escuchó.
Se nos hizo de día, yo estaba totalmente cansado, me había hecho muy bien su compañía y sobre todo que me escuchara, me apoyara y me hiciera ver mis errores. Me sentía muy a gusto, y cuando él notó que yo ya me encontraba mejor, me dijo:"Bueno, me retiro, tengo que ir a trabajar".
Yo me sorprendí y le dije:"Pero, por qué no me habías dicho que tenías que ir a trabajar, mira la hora que es, no dormiste nada, te quité tu tiempo toda la noche". El me sonrió y me dijo:"No hay problema, para eso estamos los amigos. Yo me sentía cada vez más feliz y orgulloso de tener un amigo así.
Lo acompañe a la puerta de mi casa...y cuando él caminaba hacia su automóvil le grité desde lejos:"Oye amigo, y a todo esto,¿por qué llamaste anoche tan tarde?" El regresó y me dijo en voz baja...es que te quería dar una noticia". Y le pregunté"¿Qué pasó?"Y me dijo..."fuí al doctor y me dice que mis días están contados, tengo un tumor cerebral, que no se puede operar, y solo me queda esperar" Yo me quedé mudo...él me sonrió y me dijo:"Que tengas un buen día amigo". Entonces se dio la vuelta y se fue.
Pasó un buen rato hasta que asimilé la situación. Y me preguntaba una y otra vez, pr qué cuando él me preguntó ¿Como estas?me olvidé de él y sólo hablé de mi. ˘¿Cómo tuvo tanta fuerza para sonreírme, de darme ánimos, de decirme todo lo que me dijo, estando él en esa situación?
Eso es increíble, desde entonces mi vida ha cambiado, suelo ser más crítico con mis problemas y disfrutar más de las cosas buenas de la vida. Ahora aprovecho más el tiempo con la gente que quiero. Por ejemplo, el todavía vive y procuro disfrutar que convivimos y conversamos. Sigo disfrutando de sus chistes, de su locuras, de su seriedad, de su sabiduría; es mi amigo.
No olvidemos nunca que la amistad es el valor más apreciado de la vida.
Nota: Este post no es mío, lo leí por casualidad y quise compartirlo con ustedes. Lo escribió Cokito en su blog: http://un-solo-lugar.blogspot.comhttp://un-solo-lugar.blogspot.com
Me dió mucho gusto su llamada y lo primero que me preguntó fue:"¿Cómo estas?. Y sin saber por qué, le contesté:" Muy solo"
".¿Quieres que conversemos?"Les respondí que sí y me dijo:˘¿Quieres que vaya a tu casa?. Le respondí que sí. Colgó el teléfono y en menos de quince minutos él ya estaba tocando la puerta.
Yo empecé y hablé por horas y horas, de todo: de mi trabajo, de mi familia, de mi novia, de mis deudas, y él atento, siempre me escuchó.
Se nos hizo de día, yo estaba totalmente cansado, me había hecho muy bien su compañía y sobre todo que me escuchara, me apoyara y me hiciera ver mis errores. Me sentía muy a gusto, y cuando él notó que yo ya me encontraba mejor, me dijo:"Bueno, me retiro, tengo que ir a trabajar".
Yo me sorprendí y le dije:"Pero, por qué no me habías dicho que tenías que ir a trabajar, mira la hora que es, no dormiste nada, te quité tu tiempo toda la noche". El me sonrió y me dijo:"No hay problema, para eso estamos los amigos. Yo me sentía cada vez más feliz y orgulloso de tener un amigo así.
Lo acompañe a la puerta de mi casa...y cuando él caminaba hacia su automóvil le grité desde lejos:"Oye amigo, y a todo esto,¿por qué llamaste anoche tan tarde?" El regresó y me dijo en voz baja...es que te quería dar una noticia". Y le pregunté"¿Qué pasó?"Y me dijo..."fuí al doctor y me dice que mis días están contados, tengo un tumor cerebral, que no se puede operar, y solo me queda esperar" Yo me quedé mudo...él me sonrió y me dijo:"Que tengas un buen día amigo". Entonces se dio la vuelta y se fue.
Pasó un buen rato hasta que asimilé la situación. Y me preguntaba una y otra vez, pr qué cuando él me preguntó ¿Como estas?me olvidé de él y sólo hablé de mi. ˘¿Cómo tuvo tanta fuerza para sonreírme, de darme ánimos, de decirme todo lo que me dijo, estando él en esa situación?
Eso es increíble, desde entonces mi vida ha cambiado, suelo ser más crítico con mis problemas y disfrutar más de las cosas buenas de la vida. Ahora aprovecho más el tiempo con la gente que quiero. Por ejemplo, el todavía vive y procuro disfrutar que convivimos y conversamos. Sigo disfrutando de sus chistes, de su locuras, de su seriedad, de su sabiduría; es mi amigo.
No olvidemos nunca que la amistad es el valor más apreciado de la vida.
Nota: Este post no es mío, lo leí por casualidad y quise compartirlo con ustedes. Lo escribió Cokito en su blog: http://un-solo-lugar.blogspot.comhttp://un-solo-lugar.blogspot.com
˘¿Por qué es ya difícil comer en familia?
Cuando era muchacho recuerdo que comer en la mesa era casi un ritual. Todos nos sentábamos en la mesa a comer, pero no solamente a comer, sino a conversar, a escucharnos y nos mirábamos a la cara el uno al otro. Mi padres nos preguntaba cómo nos fue en la escuela; y a los mayores cómo le fue en el trabajo. A veces se conversaba sobre temas complejos y otras veces sobre cosas de poca importancia. También era el momento que mis padres aprovechaban para inculcarnos buenos modales en la mesa.
No era momento para discutir, sino para comer en familia y pasarla bien. Y algo importante era que mientras comíamos nadie veía televisión ni se distraía con otras cosas. Era una ocasión sagrada esperada por todos en la familia. Y algo importante: sólo se preparaba una comida, ya que todos comíamos lo mismo.
No obstante hoy en día el que la familia coma junta alrededor de la mesa se ha convertido en un desafío mayor. Muchas cosas han hecho que esa tradición familiar casi haya desaparecido. En primer lugar los hijos se han acostumbrado a comer en sus dormitorios y muchas veces no comen lo mismo que uno y a veces no tienen hambre y quieren hacerlo más tarde.
Otro factor es que es difícil que todos los miembros de la familia estén en la casa a la hora de la comida, pues algunos están en la universidad y otros no han salido de sus trabajos etc. De tal manera se hace dificultoso coincidir en el horario para que todos coman en familia.
Y como estamos en la era cibernética muchos muchachos mientras están comiendo están viendo televisión, o con un celular o tableta revisando los emails y mandando mensajes de textos. Es decir que no están en la onda de poder conversar con los demás miembros de la familia.
Incluso esto no solo se presenta a la hora de comer, sino en otras situaciones. Ya es muy extraño que los miembros de la familia estén en un mismo lugar para charlar, a menos que se haya presentado una emergencia familiar. Por lo general cada quien está en lo suyo. Los muchachos están en sus respectivos dormitorios con sus aparatos. La madre está en la cocina fregando y limpiando. Y el padre en su dormitorio sentado en su computadora. Esa es desgraciadamente la escena en muchas familias.
Básicamente en el único sitio donde se puede comer y conversar en familia es yendo a un restaurant, donde cada quien come lo que le plazca y está más relajado y dispuesto a compartir experiencias y vivencias. Es horrorso decir esto, pero esta es la realidad de muchas familias. Ya esa bella tradición de comer en familia está por desaparecer. Algo muy negativo, pero propia del tiempo y el momento en que nos ha tocado vivir.
No era momento para discutir, sino para comer en familia y pasarla bien. Y algo importante era que mientras comíamos nadie veía televisión ni se distraía con otras cosas. Era una ocasión sagrada esperada por todos en la familia. Y algo importante: sólo se preparaba una comida, ya que todos comíamos lo mismo.
No obstante hoy en día el que la familia coma junta alrededor de la mesa se ha convertido en un desafío mayor. Muchas cosas han hecho que esa tradición familiar casi haya desaparecido. En primer lugar los hijos se han acostumbrado a comer en sus dormitorios y muchas veces no comen lo mismo que uno y a veces no tienen hambre y quieren hacerlo más tarde.
Otro factor es que es difícil que todos los miembros de la familia estén en la casa a la hora de la comida, pues algunos están en la universidad y otros no han salido de sus trabajos etc. De tal manera se hace dificultoso coincidir en el horario para que todos coman en familia.
Y como estamos en la era cibernética muchos muchachos mientras están comiendo están viendo televisión, o con un celular o tableta revisando los emails y mandando mensajes de textos. Es decir que no están en la onda de poder conversar con los demás miembros de la familia.
Incluso esto no solo se presenta a la hora de comer, sino en otras situaciones. Ya es muy extraño que los miembros de la familia estén en un mismo lugar para charlar, a menos que se haya presentado una emergencia familiar. Por lo general cada quien está en lo suyo. Los muchachos están en sus respectivos dormitorios con sus aparatos. La madre está en la cocina fregando y limpiando. Y el padre en su dormitorio sentado en su computadora. Esa es desgraciadamente la escena en muchas familias.
Básicamente en el único sitio donde se puede comer y conversar en familia es yendo a un restaurant, donde cada quien come lo que le plazca y está más relajado y dispuesto a compartir experiencias y vivencias. Es horrorso decir esto, pero esta es la realidad de muchas familias. Ya esa bella tradición de comer en familia está por desaparecer. Algo muy negativo, pero propia del tiempo y el momento en que nos ha tocado vivir.
El mundo macro
A pesar de lo maravilloso que es la visión humana, hay muchas cosas que el ojo a simple vista no puede captar, ya que el ojo humano tiene sus limitaciones. Hay objetos muy pequeños que el ojo no puede ven en detalle, por muy buena visión que uno tenga.
También hay cosas en movimientos que suceden en fracciones de segundo, el cual el cerebro no puede captar, como por ejemplo la caída de una pequeña gota de agua, tal como se puede apreciar en la foto. Solamente una cámara fotográfica puede congelar una acción.
Con las cámaras macro podemos ver el mundo invisible, aquellas cosas que por ser tan diminutas están fuera del alcance de la vista. Pero al usar lentes macro, el cual aumenta bastante el tamaño de estas cosas invisibles, se distorsiona un poco la imagen. Por ejemplo cuando se le toma fotos a algunos insectos diminutos, en la foto se ven feos y hasta horripilantes
Pero me alegro que nuestro Dios nos no haya creado con la vista macro, pues al tener una vista tan aguda, el mundo y las cosas no serian tan hermosas como se perciben a simple vista. Es decir que la capacidad de la visión es justa la que necesitamos, pues de otra forma veríamos microbios y suciedad por doquier.
También hay cosas en movimientos que suceden en fracciones de segundo, el cual el cerebro no puede captar, como por ejemplo la caída de una pequeña gota de agua, tal como se puede apreciar en la foto. Solamente una cámara fotográfica puede congelar una acción.
Con las cámaras macro podemos ver el mundo invisible, aquellas cosas que por ser tan diminutas están fuera del alcance de la vista. Pero al usar lentes macro, el cual aumenta bastante el tamaño de estas cosas invisibles, se distorsiona un poco la imagen. Por ejemplo cuando se le toma fotos a algunos insectos diminutos, en la foto se ven feos y hasta horripilantes
Pero me alegro que nuestro Dios nos no haya creado con la vista macro, pues al tener una vista tan aguda, el mundo y las cosas no serian tan hermosas como se perciben a simple vista. Es decir que la capacidad de la visión es justa la que necesitamos, pues de otra forma veríamos microbios y suciedad por doquier.
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