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Cabalgando por la orilla del camino

Un señor fue de vacaciones para el Perú con su esposa. Recorrió los mejores lugares del país. Visitó algunos lugares montañosos. En uno de esos lugares le prestaron dos caballos. Ellos sabian montar caballos, pero lo que les dio temor era que el camino estaba bordeado por precipicio. Y a pesar que ellos trataban de que los caballos anduvieran por el medio del camino, estos, de terco querian andar por la orilla del camino. Luego que la pareja terminaron el paseo a caballo, les preguntaron a los dueños, la razón de que los caballos insistian de andar por el borde del precipicio. Nadie les supo dar una respuestas satisfatoria a la pregunta, solo atinaron a decir que asi son los caballos, obstinados.

A veces nosotros en nuestra conducta nos parecemos a estos caballos: no andamos en medio del camino - que es más seguro - sino que caminamos por la orilla, con la posibilidad de resbalar y caer al precipicio.

Cuantas veces escuchamos decir que el fumar provoca cáncer, pero nadie hace caso hasta que el cáncer aparece, entonces sí que nos percatamos que era cierto lo que se decía y dejamos de fumar, pero ¿Ya para qué?

Otro tanto pasa con las bebidas alcohólicas, mucha gente se pasa la semana trabajando como mulas esperando que llegue el viernes para con los amigos empezar a beber. ¿Y la familia? Los hijos y la esposa en la casa, esperando que el tipo pase tiempo con ellos, pero el hombre está en su mundo Barceló. La esposa con el tiempo se cansa del juego y decide dejarlo. Luego que el tipo pierde la familia, encuentra más razones para seguir bebiendo. Cayendo asi en un circulo vicioso.

Hay muchas cosas que nos damos cuenta que debemos cambiar porque nos traen problemas, pero somos como los caballos - tercos -  y no hacemos caso a nuestra conciencia y racionamiento. Sin embargo, a diferencia de los caballos, que son animales y no razonan, nosotros somos personas con la capacidad de pensar y de analizarnos y ver dónde están las lagunas y las zonas erróneas de nuestra conducta. No obstante, muchas veces nos evadimos, al malgastar el tiempo en  criticar a la gente que nos rodea en cuanto a su conducta. Asi que queremos que los demás cambien, pero nosotros queremos que el resto nos acepte como somos. ¡Que paradoja!

1 comentario:

Equipo de No Me Falles dijo...

TODO EN ESTA VIDA COMIENZA POR UNA MENTIRA.

EMPIEZA LA HISTORIA....SIGUELA EN...

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