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Mensajes equivocados

Desde muy pequeño  enfermaba mucho. Incluso estuve hospitalizado una semana. De toda esa experiencia, se me quedó un temor a las inyecciones. Los inyectores y las agujas en esos tiempos eran pavorosos. Eran grandes; las agujas eran más gruesas que las actuales.

Recuerdo que en los años setentas iban de casa en casa vacunando contra el tétano, sarampióm, viruela y demás enfermedades, pero yo me escondiá debajo de la cama. De tal forma evadí que me vacunaran y también me expuse ante las enfermedades.

Pero, ¿De donde viene el miedo? Bueno, nuestros padres en su ingenuidad, para que los niños comieran le decian que lo hicieran para evitar que lo inyectaran. ¿Cuál es el mensaje? Debes de comer, porque si lo hace el castigo es inyectarte y eso duele.

Otro tanto pasaba cuando los niños no querian cepillarse o comian muchos dulces. ¿Que le decian los padres? No comas tantos caramelos o cepíllate bien, si no haces caso te llevaré al dentista. El mensaje es obvio. Pero es una bobada, pues aunque uno se cepille bien y tenga una buena higiene bucal eso no quita la necesidad de ir al dentista para una limpieza ect.

Todos en una ocación u otra tendremos que ir al consultorio de un dentista, a un médico u hospital. Asi que los padres nunca  deben de usar a estas personas para provocarle miedo a los muchachos. Todavia, a mis cuarenta y tantos que tengo, cuando me ponen una inyección, siento un poco de miedo, a pesar que las inyecciones de ahora son muy pequeñas y el pinchazo casi no se siente. Pero eso ya está en el cerebro. 

Nuestros padres lo hacian con buenas intenciones, pero eso hacia mucho daño. No era funcional, al final no se lograba nada. Solo dejaba miedo. Un temor que lo lleva hasta la vejez. Padres estén seguros que enseñanzas le están dando a sus hijos y que mensajes están ellos recibiendo.

3 comentarios:

Sergia dijo...

Uy, me siento identificada con este caso. Cuando era niña tenía alergia a ciertos condimentos y me salian unas ronchas que daban mucha picazon, por eso tuvieron que inyectarme un antialérgico. Los cuales eran día de por medio, y con esas agujas que tu mencionas, enormes y gruesas. Tambien me quedé con un poco de miedo a las agujas hasta hoy día. En cuanto a las "amenazas" que mencionaban los padres, yo trato de no utilizarlos con mis hijas. Saludos.

Claudia Agramonte Saba dijo...

Admito que he usado ese recuerso a veces, que mal por mi. Gracias por estas notas Rafa, tomaré cartas en el asunto. Un abrazo!!!

Majarete dijo...

Claudia, no debemos hacer que nuestros hijos obedezcan por temor.

La otra es que "te ve a salir el cuco"; esa lo que hace es que el niño más adelante tema dormir solo en su cuarto y se levante a medianoche para acostarse con sus padres.