Mi madre tenia una prima hermana, la cual era huerfana desde su niñez. Siempre la recuerdo. Me la imagino llorando, lamentandose. Ella llegó a vivir en mi casa. Diariamente lloraba. ¿ Por qué ? Su sueño era tener una casita. Quizas su inquitud era porque ella perdió a sus padres muy niña y un familiar la adoptó. En su memoria quedó una vaga experiencia de lo que significa tener unos padres y que compartieran su mismo techo. En otras palabras: nunca tuvo un hogar.
La señora desde niña aprendió a trabajar. Apenas sabia leer. Asi que tuvo que trabajar de sirvienta con dormida y todo. Eran los pocos trabajos que aparecian en la década del setenta. Pero a pesar de la miseria que le pagaban, la señora con el tiempo pudo ir ahorrando dinero para hacer su soñada casita. Primero compró el solar. Al tiempo comenzó poco a poco ir levantandola. Despues de mucho tiempo y ahorro terminó la casita. ¡Al fin se le cumplia un deseo, el sueño tan esperado por ella: tener su propia casa.
Muy regocijada, Felicia se muda a su castillo. Pero solamente podia dormir en su casa los miercoles. Era su dia libre. Trató de cambiar de trabajo. Uno, el cual no le requieran dormida. Mas, su búsqueda fue en vano. Asi que habia cumplido su sueño: tener su casita. Pero no podia dormir en su casa diariamente. Eso la frustaba. ¡Tanto que se sacrificó, tanto que ahorró por años y años y no poder ahora calentar su casa ! Por mucho tiempo solo podia ir una sola vez a su casa a dormir.
En una oportunidad, consultó su situacion con su pastor, el cual le aconsejó que se hiciera una especie de misionera de su iglesia. Si ella donaba su casa a la iglesia, ellos la iban a albergar, dandole comida y techo. Despues de pensarlo bien, ella decidió aceptar la oferta de su pastor: donar su sueño, su casita.
De igual manera, hay personas que por años tienen un deseo, una meta, un sueño. Luchan, se esfuerzan por lograrlo. Pero al cabo de tenerlo, se dan cuenta que no valia la pena, que no le proporciona la felicidad que ellos pensaban. ¡ Que situacion mas frustante! Hay personas que en su vida, tienen muchas limitantes, que por mucho que se esfuercen, al final no logran sus expectativas. Espero que este no sea su caso.
La señora desde niña aprendió a trabajar. Apenas sabia leer. Asi que tuvo que trabajar de sirvienta con dormida y todo. Eran los pocos trabajos que aparecian en la década del setenta. Pero a pesar de la miseria que le pagaban, la señora con el tiempo pudo ir ahorrando dinero para hacer su soñada casita. Primero compró el solar. Al tiempo comenzó poco a poco ir levantandola. Despues de mucho tiempo y ahorro terminó la casita. ¡Al fin se le cumplia un deseo, el sueño tan esperado por ella: tener su propia casa.
Muy regocijada, Felicia se muda a su castillo. Pero solamente podia dormir en su casa los miercoles. Era su dia libre. Trató de cambiar de trabajo. Uno, el cual no le requieran dormida. Mas, su búsqueda fue en vano. Asi que habia cumplido su sueño: tener su casita. Pero no podia dormir en su casa diariamente. Eso la frustaba. ¡Tanto que se sacrificó, tanto que ahorró por años y años y no poder ahora calentar su casa ! Por mucho tiempo solo podia ir una sola vez a su casa a dormir.
En una oportunidad, consultó su situacion con su pastor, el cual le aconsejó que se hiciera una especie de misionera de su iglesia. Si ella donaba su casa a la iglesia, ellos la iban a albergar, dandole comida y techo. Despues de pensarlo bien, ella decidió aceptar la oferta de su pastor: donar su sueño, su casita.
De igual manera, hay personas que por años tienen un deseo, una meta, un sueño. Luchan, se esfuerzan por lograrlo. Pero al cabo de tenerlo, se dan cuenta que no valia la pena, que no le proporciona la felicidad que ellos pensaban. ¡ Que situacion mas frustante! Hay personas que en su vida, tienen muchas limitantes, que por mucho que se esfuercen, al final no logran sus expectativas. Espero que este no sea su caso.