Hace varias semanas vi en la televisión por cable, un documental médico sobre la lengua y la gran cantidad de bacterias que hay en la boca.
El documental fue muy explícito. No me imaginaba la cantidad de bacterias que tenemos en la boca, principalmente en la lengua. En el momento de ver el programa se me quitó el deseo de besar a mi esposa. Pero más tarde se me fue olvidando el tema y no resistí el deseo de besarla, como se besa a una mujer que se ama. ¡Qué rico!
Gracias mi Señor Dios por no hacernos con la vista miscrocópica. Si tuvieramos la vista de águila, pues vieranos bacterias y suciedad por todos lados, lo cual no haria la vista tan deleitable como realmente es. Pues estamos rodeados de un mundo invisible de bacterias, parásitos y microorganismos que no son visibles a simple vista.
Parece que Dios nos creo con el grado de vista preciso, para ver y observar todas las cosas bellas y hermosa que él hizo para el deleite de nosotros. ¿No creen?
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