Una madre le regala dos monedas a su hijo. Una es para él y la otra es para Dios. Bueno, el muchacho entonces se dirige para la iglesia para darle la moneda a Dios. Pero camino a la iglesia se entretiene tirando una moneda al aire, una y otra vez. En una, la moneda cae al suelo y rueda hacia la cloaca. El niño, entonces mira hacia los cielos y le dice a Dios que esa era su moneda.
El niño contaba con dos monedas. Sin embargo, prefirio conservar la suya y darle a Dios la perdida. ¿En que ocaciones nosotros podemos ser necio como este niño?
El niño contaba con dos monedas. Sin embargo, prefirio conservar la suya y darle a Dios la perdida. ¿En que ocaciones nosotros podemos ser necio como este niño?
Caracoles, aparte de la historia, esa foto es bestial !!!!
ResponderEliminarEn què ocasiones podemos llegar a ser necio como este niño?...En un monton de ocasiones, de diferentes maneras y a veces sin darnos cuentas no le damos a Dios lo que debemos darle.
ResponderEliminarEste niño del ejemplo le dice a Dios que la moneda perdida era la de el, simplemente quiso darle la peor parte mientras el pequeño se quedaba con la mejor parte...con la moneda no perdida.
Yo misma me doy cuenta que a veces no le entrego a Dios el tiempo justo...sin embargo me quedo durante horas en cosas vanales.
Hey ta' fuelte eso.
ResponderEliminarMuy interesante este relato. Si te fijas, ocurre casi a diario, en las situaciones más diversas. Y ojo, no aplica solo a la relación con Dios, aplica a todo.
ResponderEliminarMuy interesante este relato. Si te fijas, ocurre casi a diario, en las situaciones más diversas. Y ojo, no aplica solo a la relación con Dios, aplica a todo.
ResponderEliminarHola Rafael,
ResponderEliminarDespuéd de analizar la historia y como padre de 3 he concluido que ese jovencito será muy irresponsable en su vida adulta. Somos necios cuando no nos hacemos responsable de nuestros actos y conductas. Yo en el lugar de ese niño hubiese dicho por descuido perdí la mia y entregaré la otra.