
Muchos tenian expectativas sobre el concurso de miss Universo, tomando en cuenta que la señorita Ada de la Cruz, tenia mucho chance de salir como la favorita. Al final, muchos quedaron decepcionados al ella quedar en segundo lugar. Y todo a una pobre respuesta de su parte, ya en la recta final.
A decir verdad, al concurso miss Universo, no le encuentro mucho sentido. En tal premiacion se quiere valorar y honrar, a la supuesta mujer más bella e inteligente del planeta. La belleza es algo muy dificil de definir. Lo que es bello y hermoso para uno quizas no lo sea para el otro. Tenemos el caso de la mujer africana. Tal vez en Africa una mujer bella es una con narices grandes y una buena bemba, sin embargo para nosotros esos rasgos en una mujer no sean de lo mejor.
En miss Universo, se escoge a la mujer más inteligente, pero ¿cómo se determina eso? haciendole una pregunta al final del concurso. Pero son pocas las que logran destacar en esto, porque la gran mayoria se ponen muy nerviosas y no logran dar una respuesta que sea satisfaciente al jurado. Es decir que por medio de una respuesta no se puede valorar cuan inteligente es una candidata.
Hay quienes sostienen que este tipo de concurso lo que hace es denigrar a la mujer, porque solo destaca que la mujer es solo cara bonita y elegante piernas; cuando la mujer es mucho más que eso. No se puede valorar a la mujer - a nadie - tan solo por lo que aparente o luzca. Detrás de cada ser humano, sin importar su apariencia, hay una persona, que tiene su valor y respeto. Hay que tener cuidado para no hacer juicios en base a la apariencia de la personas. Necesariamente la belleza no es sinónimo de inteligencia ni de bondad.
Si el Dios todopoderoso nos escogiera como escogen los jueces de miss Universo a las candidatas, pues quedaríamos todos condenados. Solo se salvarian unos pocos: los más astutos y los más bellos de la creacion. Pero nuestro Dios no se impresiona tan fácilmente ni llega a conclusiones tan rápidas sobre nosotros. El observa más allá de lo que hombre puede ver. El tiene el poder de ver nuestro interior. Es capaz de saber lo más recóndito de cada uno de nosotros. Así es nuestro creador, muy, muy diferente de como somos nosotros a la hora de evaluar a las personas.
A decir verdad, al concurso miss Universo, no le encuentro mucho sentido. En tal premiacion se quiere valorar y honrar, a la supuesta mujer más bella e inteligente del planeta. La belleza es algo muy dificil de definir. Lo que es bello y hermoso para uno quizas no lo sea para el otro. Tenemos el caso de la mujer africana. Tal vez en Africa una mujer bella es una con narices grandes y una buena bemba, sin embargo para nosotros esos rasgos en una mujer no sean de lo mejor.
En miss Universo, se escoge a la mujer más inteligente, pero ¿cómo se determina eso? haciendole una pregunta al final del concurso. Pero son pocas las que logran destacar en esto, porque la gran mayoria se ponen muy nerviosas y no logran dar una respuesta que sea satisfaciente al jurado. Es decir que por medio de una respuesta no se puede valorar cuan inteligente es una candidata.
Hay quienes sostienen que este tipo de concurso lo que hace es denigrar a la mujer, porque solo destaca que la mujer es solo cara bonita y elegante piernas; cuando la mujer es mucho más que eso. No se puede valorar a la mujer - a nadie - tan solo por lo que aparente o luzca. Detrás de cada ser humano, sin importar su apariencia, hay una persona, que tiene su valor y respeto. Hay que tener cuidado para no hacer juicios en base a la apariencia de la personas. Necesariamente la belleza no es sinónimo de inteligencia ni de bondad.
Si el Dios todopoderoso nos escogiera como escogen los jueces de miss Universo a las candidatas, pues quedaríamos todos condenados. Solo se salvarian unos pocos: los más astutos y los más bellos de la creacion. Pero nuestro Dios no se impresiona tan fácilmente ni llega a conclusiones tan rápidas sobre nosotros. El observa más allá de lo que hombre puede ver. El tiene el poder de ver nuestro interior. Es capaz de saber lo más recóndito de cada uno de nosotros. Así es nuestro creador, muy, muy diferente de como somos nosotros a la hora de evaluar a las personas.